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Una de las comidas que tengo en el recuerdo, es la de croquetas con huevos y patatas fritas.
Las hago de vez en cuando pero nunca pensara en publicarlas, pero en esta ocasión dije vamos a ponerlas por si le sirven a alguien de guía.
De todas las combinaciones que llevo hecho de líquido, harina y materia grasa, creo que esta se acerca al resultado óptimo, a mi modesto entender (para 1 litro, 100/110 grs de mantequilla y 100/110 grs de harina).
En una bechamel se pueden introducir líquidos que no sea leche exclusivamente, con el fin de darle un mejor sabor. Yo en este caso concreto completo parte de la leche con un poco líquido (bien colado) de cocer los mejillones.
Como era un resto de mejillones que me quedaran de otra preparación no le tomé peso, pero debían ser sobre 150 gramos aproximadamente.
Pues bien necesitaremos los siguientes ingredientes:
500 grs de leche
100 grs de mantequilla
100 grs de harina
150 grs de mejillones
1 cebolleta
Pimienta blanca
Nuez moscada (recién rallada)
Sal
Comenzamos por picar la cebolleta muy menuda. Picamos los mejillones.
En un cazo ponemos la mantequilla a calentar (hay que tener cuidado de que no se no queme, pues si no habría que tirarla y comenzar de nuevo) y en ella pochamos la cebolleta a fuego lento y a continuación incorporamos los mejillones picados. Damos unas vueltas al conjunto e incorporamos de golpe la harina. Removemos y sin dejar que se tueste movemos bien para que se le vaya el sabor a harina.
Una vez hecho el roux incorporamos la leche, que tendremos reservada y caliente, en dos o tres veces y siempre sin dejar de remover para evitar que se nos formen los tan temidos grumos. Una vez incorporado todo el líquido añadimos la sal, la pimienta negra y una pizca de nuez moscada, removemos de manera continuada a fuego suave. Una manera de saber cando está la bechamel cocida, es cando la misma se separe de las paredes del cazo al removerla.
Echamos la masa en un recipiente adecuado y enseguida cubrimos con film alimentario, pero que esté directamente en contacto con la masa con el fin de evitar que coja costra.
Dejamos que enfríe y coja cuerpo para que sea mas manejable la masa y hacemos las croquetas del tamaño y forma que nos venga en gana. Pasamos por harina, huevo y pan rallado ( yo le doy una segunda vuelta por huevo y pan rallado otra vez).
Freímos en aceite caliente y ponemos sobre papel de cocina para el exceso de grasa.
A la mesa y como dije antes, pueden formar parte de un plato o servir de aperitivo, queda a vuestro antojo.
Una de las comidas que tengo en el recuerdo, es la de croquetas con huevos y patatas fritas.
Las hago de vez en cuando pero nunca pensara en publicarlas, pero en esta ocasión dije vamos a ponerlas por si le sirven a alguien de guía.
De todas las combinaciones que llevo hecho de líquido, harina y materia grasa, creo que esta se acerca al resultado óptimo, a mi modesto entender (para 1 litro, 100/110 grs de mantequilla y 100/110 grs de harina).
En una bechamel se pueden introducir líquidos que no sea leche exclusivamente, con el fin de darle un mejor sabor. Yo en este caso concreto completo parte de la leche con un poco líquido (bien colado) de cocer los mejillones.
Como era un resto de mejillones que me quedaran de otra preparación no le tomé peso, pero debían ser sobre 150 gramos aproximadamente.
Pues bien necesitaremos los siguientes ingredientes:
500 grs de leche
100 grs de mantequilla
100 grs de harina
150 grs de mejillones
1 cebolleta
Pimienta blanca
Nuez moscada (recién rallada)
Sal
Comenzamos por picar la cebolleta muy menuda. Picamos los mejillones.
En un cazo ponemos la mantequilla a calentar (hay que tener cuidado de que no se no queme, pues si no habría que tirarla y comenzar de nuevo) y en ella pochamos la cebolleta a fuego lento y a continuación incorporamos los mejillones picados. Damos unas vueltas al conjunto e incorporamos de golpe la harina. Removemos y sin dejar que se tueste movemos bien para que se le vaya el sabor a harina.
Una vez hecho el roux incorporamos la leche, que tendremos reservada y caliente, en dos o tres veces y siempre sin dejar de remover para evitar que se nos formen los tan temidos grumos. Una vez incorporado todo el líquido añadimos la sal, la pimienta negra y una pizca de nuez moscada, removemos de manera continuada a fuego suave. Una manera de saber cando está la bechamel cocida, es cando la misma se separe de las paredes del cazo al removerla.
Echamos la masa en un recipiente adecuado y enseguida cubrimos con film alimentario, pero que esté directamente en contacto con la masa con el fin de evitar que coja costra.
Dejamos que enfríe y coja cuerpo para que sea mas manejable la masa y hacemos las croquetas del tamaño y forma que nos venga en gana. Pasamos por harina, huevo y pan rallado ( yo le doy una segunda vuelta por huevo y pan rallado otra vez).
Freímos en aceite caliente y ponemos sobre papel de cocina para el exceso de grasa.
A la mesa y como dije antes, pueden formar parte de un plato o servir de aperitivo, queda a vuestro antojo.