Ir a la receta en gallego
El otro día estaba haciendo la compra, en la sección de vegetales, y me encontré con unos pimientos baby que me estaban diciendo que los llevara. Y así fue, no sabía muy bien lo que iba a hacer con ellos, pero fueron a parar al carro de la compra.
Los pimientos eran amarillos y rojos, y venían envasados bajo el nombre de una conocida marca que envasa muchos vegetales frescos.
Ya con ellos en casa y al abrir la nevera y ver los habitantes, dije: morcilla de Burgos, queso del país, tomates secos. Manos a la obra y para ello vamos a precisar (sin medidas, cada quien a su gusto):
Pimientos baby
Morcilla de Burgos
Queso del país
Tomates secos
Hariña
Auga helada
Sal
Pues con todo esto encima de la mesa, comencé por cortar el queso en trozos, picar los tomates secos y sacar la morcilla de su piel y picarla.
En una sartén echamos la morcilla picada, que saltearemos, a continuación incorporamos los tomates picados, damos unas vueltas para mezclar bien con la morcilla, y por último el queso en trozos. Haremos lo mismo, daremos un par de vueltas para que se integre en el conjunto.
Hacemos un pequeño corte, por la parte del rabo, a los pimientos para eliminar el rabo y las semillas.
Procedemos a rellenar los pimientos con la mezcla hecha con anterioridad.
Hacemos una tempura rápida mezclando harina y agua helada, en la misma cantidad.
Calentamos aceite en una sartén, pasamos los pimientos por la temperatura y a freír hasta que cojan un color bien dorado.
Evidentemente el pimiento no se va a freír de todo, así nos quedará crujiente al masticarlo y con toda su intensidad de sabor.
Un buen aperitivo que repetiré en otras ocasiones.
Nota: Como me interesan vuestros comentarios y me gustaría responder directamente, os agradecería que los comentarios o consultas las hagáis por uno de estos dos caminos:
Por correo: olivarela@hotmail.es
Por Facebock: http://www.facebook.com/boproveito
El otro día estaba haciendo la compra, en la sección de vegetales, y me encontré con unos pimientos baby que me estaban diciendo que los llevara. Y así fue, no sabía muy bien lo que iba a hacer con ellos, pero fueron a parar al carro de la compra.
Los pimientos eran amarillos y rojos, y venían envasados bajo el nombre de una conocida marca que envasa muchos vegetales frescos.
Ya con ellos en casa y al abrir la nevera y ver los habitantes, dije: morcilla de Burgos, queso del país, tomates secos. Manos a la obra y para ello vamos a precisar (sin medidas, cada quien a su gusto):
Pimientos baby
Morcilla de Burgos
Queso del país
Tomates secos
Hariña
Auga helada
Sal
Pues con todo esto encima de la mesa, comencé por cortar el queso en trozos, picar los tomates secos y sacar la morcilla de su piel y picarla.
En una sartén echamos la morcilla picada, que saltearemos, a continuación incorporamos los tomates picados, damos unas vueltas para mezclar bien con la morcilla, y por último el queso en trozos. Haremos lo mismo, daremos un par de vueltas para que se integre en el conjunto.
Hacemos un pequeño corte, por la parte del rabo, a los pimientos para eliminar el rabo y las semillas.
Procedemos a rellenar los pimientos con la mezcla hecha con anterioridad.
Hacemos una tempura rápida mezclando harina y agua helada, en la misma cantidad.
Calentamos aceite en una sartén, pasamos los pimientos por la temperatura y a freír hasta que cojan un color bien dorado.
Evidentemente el pimiento no se va a freír de todo, así nos quedará crujiente al masticarlo y con toda su intensidad de sabor.
Un buen aperitivo que repetiré en otras ocasiones.
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